
Desde la llegada por la mañana hasta las comidas, el juego al aire libre y prepararse para irse a casa, estos momentos ocurren una y otra vez — y desempeñan un papel poderoso en cómo los niños se sienten, se comportan y aprenden.
Para muchos educadores, las transiciones pueden ser los momentos más desafiantes del día. Los niños pueden ponerse inquietos, abrumados o inseguros. Pequeñas interrupciones pueden convertirse rápidamente en comportamientos difíciles. Pero con las estrategias adecuadas, las transiciones pueden transformarse de momentos estresantes en oportunidades de conexión, aprendizaje y éxito.
Este artículo te ayudará a entender la importancia de transiciones fluidas, cómo una programación intencional apoya el comportamiento positivo y cómo el entorno puede facilitar las rutinas. También descubrirás herramientas y formación profesional que te ayudarán a crear aulas más tranquilas y organizadas donde niños y maestros prosperan.
Las transiciones no son solo “momentos entre actividades”. Son experiencias emocionales para los niños pequeños.
Los niños pueden tener dificultades con:
No saber qué viene después
Dejar una actividad preferida
Sobrecarga sensorial
Esperar por largos periodos
Sentirse apurados o confundidos
Cuando las rutinas son poco claras o impredecibles, los niños pueden mostrar comportamientos como:
Llorar
Aferrarse a un adulto
Salir corriendo
Negarse a seguir instrucciones
Actuar de manera impulsiva
Pero cuando las rutinas son predecibles y de apoyo, ocurre algo maravilloso:
Los niños se sienten seguros
El comportamiento mejora
Aumenta la cooperación
El aula se siente más tranquila
El personal se siente más confiado y menos estresado
Las transiciones fluidas no solo son convenientes — son esenciales para la seguridad emocional y el aprendizaje.
Un buen horario no ocurre por accidente. Se diseña intencionalmente para apoyar la atención, la autorregulación y las interacciones positivas durante todo el día.
Un horario diario sólido es:
Los niños saben qué sucede ahora y qué sucederá después.
Incluye movimiento, tiempo tranquilo, aprendizaje práctico, descanso y juego.
Las actividades se ajustan a la edad, necesidades y capacidad de atención.
Permite ajustes cuando los niños necesitan más tiempo.
Usa apoyos visuales, lenguaje simple y rutinas consistentes.
Para apoyar a los niños que necesitan ver el flujo diario, ChildCareEd ofrece este recurso:
👉 Visuals for Class Schedule and Activities
Los apoyos visuales hacen que las transiciones sean más fáciles al mostrar de manera clara lo que viene después.
Aquí tienes estrategias prácticas que pueden mejorar de inmediato el flujo de tu aula:
Los niños se sienten más tranquilos y cooperativos cuando saben lo que viene.
Formas eficaces de prepararlos:
Dar un aviso (“Dos minutos para recoger.”)
Usar temporizadores visuales
Reproducir canciones o sonidos de transición
Mostrar una imagen de la siguiente actividad
Usar lenguaje claro y sencillo
Prepararlos reduce las sorpresas — y las sorpresas suelen causar comportamientos difíciles.
Los apoyos visuales ayudan a los niños a entender el orden del día sin depender solo de instrucciones verbales.
Visuales útiles:
Horarios con imágenes
Tablas “Primero–Luego”
Tarjetas de transición (baño, círculo, recoger)
Carteles de emociones
Muchos niños — especialmente los aprendices visuales — se sienten más seguros cuando pueden ver el plan.
Los niños suelen tener dificultades cuando las transiciones implican esperar demasiado.
Puedes reducir la espera:
Preparando materiales con anticipación
Asignando tareas simples
Ofreciendo pequeños objetos sensoriales
Dividiendo al grupo en partes más pequeñas
Transiciones con menos espera son transiciones más felices.
La consistencia genera confianza.
Usa las mismas:
Palabras
Canciones
Señales
Secuencias
Por ejemplo, la rutina de recoger puede incluir siempre:
Aviso
Canción de recoger
Un trabajo específico para cada niño
Repetir la misma rutina diariamente ayuda a los niños a sentirse capaces y seguros.
Los niños reaccionan de manera diferente según su temperamento y etapa de desarrollo.
Por ejemplo:
Un niño cauteloso puede necesitar más tiempo
Un niño muy activo puede necesitar una señal de movimiento
Un niño sensible sensorialmente puede necesitar luz tenue o voces suaves
La inclusión significa apoyar a todo el grupo reconociendo las necesidades individuales.
Para profundizar en cómo los horarios influyen en el comportamiento y el aprendizaje, explora este artículo:
👉 Balancing Routine and Flexibility: Creating a Structured Yet Adaptable Schedule for Children
Si deseas fortalecer aún más tus habilidades, ChildCareEd ofrece un curso diseñado especialmente para ayudar a los educadores a dominar horarios y transiciones:
👉 Every Moment Matters: Making the Most of Schedules and Transitions
En este curso autodirigido de 6 horas, aprenderás a:
Diseñar horarios efectivos para todos los grupos de edad
Planificar rutinas que apoyan el comportamiento positivo
Guiar transiciones de manera fluida
Comprender diferentes temperamentos
Crear entornos de aula acogedores
Reducir el estrés para niños y personal
Cuando los maestros fortalecen rutinas y transiciones, los beneficios se sienten en toda el aula:
Los niños se sienten más seguros
El personal se siente más confiado
El aprendizaje fluye mejor
Disminuyen los comportamientos difíciles
Las relaciones se fortalecen
Cada rutina es una oportunidad para apoyar el desarrollo emocional.
Cada transición es una oportunidad para conectar.
Cada momento importa.
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