
Comprender las primeras señales del autismo es uno de los pasos más importantes para apoyar el desarrollo y bienestar de los niños. El Trastorno del Espectro Autista (TEA) afecta la manera en que los niños se comunican, interactúan y aprenden.
Detectar estas señales desde temprana edad permite que las familias, cuidadores y educadores brinden el apoyo adecuado en el momento oportuno, favoreciendo un desarrollo más equilibrado y una mejor calidad de vida.
Este artículo explica qué es el autismo, cuáles son las señales más comunes en la primera infancia y cómo los adultos pueden crear entornos inclusivos donde todos los niños puedan prosperar.
El TEA es una condición del desarrollo neurológico que influye en la forma en que un niño percibe el mundo y se relaciona con las personas y su entorno. Se le llama “espectro” porque las características varían ampliamente: algunos niños pueden necesitar mucho apoyo, mientras que otros son más independientes.
No existe una sola causa del autismo; los expertos señalan que se debe a una combinación de factores genéticos y ambientales. Lo más importante es reconocer las señales tempranas para comenzar las intervenciones adecuadas.
Cada niño se desarrolla a su propio ritmo, pero hay señales que pueden indicar diferencias en la comunicación, la interacción social o el comportamiento.
No responde cuando se le llama por su nombre.
Evita el contacto visual o parece “no notar” cuando alguien le habla.
No utiliza gestos como señalar o saludar.
No muestra interés en compartir objetos o logros (por ejemplo, no muestra un juguete para enseñar).
No balbucea ni usa palabras simples alrededor de los 18 meses.
Presenta movimientos repetitivos como agitar las manos, balancearse o girar objetos constantemente.
Se interesa intensamente por ciertos temas, sonidos o texturas.
Tiene reacciones inusuales ante luces, ruidos o cambios de rutina.
Si un niño presenta varias de estas señales de manera persistente, es recomendable hablar con su pediatra o con un especialista en desarrollo infantil.
La detección temprana del autismo permite iniciar apoyos y terapias en una etapa clave del desarrollo cerebral. Cuanto antes se interviene, mejores son los resultados en el lenguaje, la socialización y la conducta.
Los educadores y cuidadores desempeñan un papel esencial, ya que muchas veces son los primeros en notar diferencias en el comportamiento o el desarrollo. Reconocer y comunicar estas observaciones con respeto y empatía puede marcar una gran diferencia en el futuro del niño.
Si un niño pequeño muestra múltiples señales de autismo, el siguiente paso es realizar una evaluación con un pediatra del desarrollo, psicólogo infantil o especialista en intervención temprana.
Los profesionales utilizan herramientas estandarizadas y observaciones detalladas para evaluar el desarrollo social, del lenguaje y cognitivo. Obtener un diagnóstico preciso y temprano permite que las familias accedan a servicios como terapia del habla, terapia ocupacional o programas de educación especial.
Incluso antes de un diagnóstico formal, los servicios de intervención temprana suelen estar disponibles a través de programas estatales o locales. Cuanto antes comience el niño a recibir apoyo, mayores serán sus posibilidades de éxito a largo plazo.
Los proveedores de cuidado infantil suelen ser los primeros en notar diferencias en el desarrollo, ya que observan a los niños diariamente en entornos sociales y de aprendizaje. Cuando estas observaciones se manejan con sensibilidad y profesionalismo, pueden ser clave para que las familias accedan a evaluaciones y servicios de apoyo oportunos.
Documentar las observaciones cuidadosamente. Anotar comportamientos o hitos del desarrollo que parezcan retrasados o inusuales. Enfocarse en hechos objetivos—lo que se ve y se oye—sin emitir juicios o etiquetas.
Comunicar con empatía. Programar una conversación privada y tranquila con la familia. Comenzar destacando las fortalezas y cualidades positivas del niño antes de hablar de las preocupaciones.
Usar declaraciones en primera persona. Decir cosas como: “He notado que a veces Mateo no responde cuando lo llamo por su nombre” en lugar de “Creo que Mateo podría tener autismo”. Esto mantiene el enfoque en las observaciones, no en un diagnóstico.
Compartir recursos de desarrollo. Proporcionar información confiable, listas de verificación de hitos o contactos de programas de intervención temprana. Muchos ofrecen evaluaciones gratuitas o de bajo costo para niños menores de tres años.
Fomentar la colaboración. Explicar que el objetivo es trabajar juntos para apoyar el desarrollo del niño. Ofrecer compartir observaciones o notas de progreso con los profesionales que evalúen al niño.
Ser respetuoso y comprensivo. Reconocer que recibir comentarios sobre el desarrollo de un hijo puede ser emocionalmente difícil. Mantener una actitud paciente, empática y alentadora.
Abordar estas conversaciones con cuidado y compasión ayuda a las familias a sentirse acompañadas, no alarmadas. La comunicación temprana y la construcción de confianza sientan las bases para una colaboración efectiva entre educadores, especialistas y padres.
Brindar apoyo no significa hacer grandes cambios, sino crear un ambiente donde el niño se sienta comprendido, seguro y valorado.
Establecer rutinas predecibles: los niños con autismo se sienten más tranquilos cuando saben qué esperar.
Usar apoyos visuales: calendarios, imágenes y pictogramas ayudan a comprender mejor las actividades.
Dar instrucciones claras y cortas: hablar con frases simples y usar gestos o demostraciones.
Reforzar positivamente: celebrar los logros, incluso los pequeños, aumenta la confianza del niño.
Proporcionar espacios tranquilos: ofrecer un lugar donde el niño pueda calmarse si se siente abrumado.
Fomentar la interacción con pares: organizar juegos que promuevan la cooperación y la empatía.
Cada avance, por pequeño que parezca, representa un gran paso en el desarrollo y la autonomía del niño.
Los profesionales del cuidado infantil pueden marcar una gran diferencia al identificar y apoyar a los niños con diferencias en su desarrollo. La educación continua ayuda a los proveedores a ganar confianza y habilidades para reconocer las primeras señales del autismo.
📘 Capacitaciones recomendadas:
👉 Concienciación sobre el autismo en el cuidado infantil – Este curso completo ayuda a los proveedores de cuidado infantil a comprender las características del Trastorno del Espectro Autista (TEA), reconocer las señales de advertencia tempranas y aprender estrategias para crear entornos inclusivos. Los participantes adquieren herramientas prácticas para comunicarse eficazmente con las familias, apoyar las necesidades únicas de los niños y promover experiencias de aprendizaje positivas.
👉 Más allá del aula: conectando a las familias con servicios esenciales – Este curso explora cómo los educadores pueden apoyar a las familias más allá del aula, conectándolas con recursos comunitarios y servicios esenciales que promueven el bienestar y el desarrollo integral de los niños.
Estas capacitaciones fortalecen la práctica profesional de los educadores y les permiten brindar un cuidado informado, compasivo y colaborativo con las familias y los especialistas.
👉 Hoja informativa sobre discapacidades intelectuales y del desarrollo (IDDs) – Esta hoja informativa ofrece explicaciones claras y fáciles de entender sobre las discapacidades intelectuales y del desarrollo. Describe qué son las IDDs, cómo pueden afectar el aprendizaje y la vida diaria del niño, y por qué el apoyo temprano y las prácticas inclusivas son esenciales. Las familias y cuidadores también encontrarán estrategias prácticas y recursos para fomentar el crecimiento y el desarrollo.
Este recurso es un excelente punto de partida para quienes desean comprender las diversas necesidades del desarrollo en la primera infancia.
👉 Trastorno del Espectro Autista (TEA) – Este artículo ofrece una descripción general del Trastorno del Espectro Autista, incluyendo sus rasgos más comunes, su impacto en el desarrollo y estrategias de apoyo eficaces para educadores y familias. Aprende cómo los entornos inclusivos y las #intervenciones-tempranas pueden ayudar a los niños con TEA a alcanzar su máximo potencial.
Esta lectura complementaria ofrece una comprensión más profunda del autismo en las diferentes etapas del desarrollo.
Detectar las primeras señales del autismo no se trata de poner etiquetas, sino de abrir puertas. Cada niño tiene un ritmo y una manera única de aprender y comunicarse. Cuando los adultos observan con empatía y actúan con conocimiento, crean entornos donde todos los niños pueden desarrollarse plenamente.
El acompañamiento temprano, el respeto por la diversidad y la educación inclusiva son la base para construir un futuro donde cada niño sea reconocido por sus fortalezas y capacidades.
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