La llegada por la mañana puede ser uno de los momentos más emocionales del día—para el #niño, para el #padre y también para el educador. Un niño que llora, se aferra o se niega a separarse puede generar estrés para todos los involucrados. Mientras que algunos niños se adaptan rápidamente, otros pueden tener dificultades durante días, semanas o incluso más tiempo.
Como #educadores, es importante recordar que estas lágrimas tienen un significado. Un niño que llora al llegar no está siendo “difícil”; está expresando miedo, incertidumbre y el estrés de separarse de las personas que le brindan seguridad. Comprender qué hay detrás de las lágrimas matutinas ayuda a los educadores a responder con empatía, paciencia y estrategias efectivas que realmente marcan la diferencia.
Este artículo te explicará por qué la llegada puede ser tan emocional, qué señales debes observar y cómo puedes apoyar a los niños y sus familias mediante rutinas calmadas, predecibles y afectuosas.
La llegada implica una tarea emocional importante: separarse de un adulto de confianza. Para los niños pequeños, esto no es fácil. Todavía están desarrollando:
Regulación emocional
Habilidades de comunicación
Confianza social
Confianza en nuevos entornos
Comprensión del tiempo (“¿Mi adulto realmente regresará?”)
Cuando un niño llora al llegar, normalmente se debe a:
Es extremadamente común en bebés, niños pequeños y #preescolares. Lloran porque temen perder la conexión con su cuidador.
Si el niño es nuevo en el programa, el entorno y las personas son desconocidos. Las lágrimas reflejan incertidumbre, no mal comportamiento.
El ambiente puede parecer demasiado ruidoso, demasiado ocupado, demasiado brillante o demasiado impredecible a primera hora del día.
Los niños perciben cuando los #padres están apresurados, tristes o ansiosos. Este “espejo emocional” puede intensificar las lágrimas.
Las llegadas sin estructura o apresuradas aumentan el miedo y reducen la sensación de control del niño.
Los padres pueden sentirse:
Culpables por dejar a su hijo llorando
Avergonzados frente a otras familias
Preocupados pensando que algo está mal
In #seguros sobre cómo ayudar a su hijo
Presionados por el trabajo o por el tiempo
Cuando los educadores responden con compasión, tranquilidad y comunicación, apoyan al padre tanto como al niño.
Un niño que llora al separarse no necesariamente está infeliz durante el día. Muchos dejan de llorar minutos después de que su padre se va.
Esto ocurre porque el ciclo emocional funciona así:
Anticipación: El niño percibe que la separación se acerca
Pico de estrés: Llanto, aferrarse, negarse
Liberación: El padre se va
Recuperación: El niño comienza a jugar, mirar o explorar
Regulación: El niño participa en actividades del día
Refuerzo: Un buen momento de recogida reafirma que la rutina es segura
Los educadores que comprenden este ciclo pueden guiar a las familias con seguridad y calma.
Aquí tienes estrategias efectivas centradas en el niño para reducir la ansiedad y generar confianza.
La consistencia crea seguridad. Intenta:
Saludar al niño por su nombre
Usar un tono calmado y alegre
Ofrecer una actividad familiar para comenzar el día
Mantener los mismos pasos cada mañana
La rutina ayuda a los niños a saber qué esperar.
Permite que el niño traiga:
Un peluche pequeño
Una foto familiar
Un llavero o juguete suave
Una “nota de abrazo” del padre
Estos objetos ayudan al niño a sentirse conectado durante la transición.
Las despedidas largas y emocionales intensifican la ansiedad.
Recomienda a los padres:
Un abrazo rápido
Una frase de despedida consistente (“¡Nos vemos después de la merienda!”)
Una salida confiada y tranquila
Los niños toman señales emocionales de los adultos—la seguridad calma la transición.
Coloca actividades invitadoras cerca de la entrada, como:
Plastilina
Bandejas sensoriales
Stickers
Rompecabezas
Libros tranquilos
Cuando los niños pueden cambiar su atención, sus emociones se calman más rápido.
Reconoce sus emociones sin minimizarlas:
“Está bien extrañar a mamá.”
“Estás seguro aquí. Estoy contigo.”
“Respiremos juntos.”
La validación construye resiliencia emocional.
Enseña:
Respiración profunda
Técnicas de autoconsuelo
Frases como “Extraño a mi mamá”
Cómo pedir un abrazo
Cómo usar un rincón de calma
Cuando estas habilidades se practican, se convierten en herramientas útiles durante la llegada.
Un mensaje rápido o una foto puede aliviar su preocupación:
“Solo quería contarte—Liam dejó de llorar después de dos minutos y ahora está jugando con los bloques.”
La tranquilidad fortalece la confianza.
Si el llanto continúa durante varias semanas, evalúa factores como:
¿El niño se siente abrumado por el ruido o las transiciones?
¿La rutina del #aula es predecible?
¿El niño tiene un cuidador principal asignado?
¿La rutina en #casa es consistente?
¿Los padres se muestran ansiosos durante la separación?
La colaboración con las familias hace una gran diferencia.
Aprende a comprender el comportamiento infantil y a responder con estrategias efectivas y de apoyo.
Enlace: https://www.childcareed.com/courses-going-head-to-head-with-challenging-behavior.html
Una guía práctica para ayudar a los educadores a comunicarse con confianza y respeto con las familias.
Enlace: https://childcareed.com/r-00162-engaging-with-families-about-sensitive-topics-mixed-ages.html
Una perspectiva poderosa para comprender el “por qué” detrás del comportamiento.
Enlace: https://www.childcareed.com/a/what-if-every-challenging-behavior-was-actually-a-learning-opportunity.html
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