Los niños están en constante crecimiento, cambio y aprendizaje mientras exploran el mundo que les rodea. Debido a esto, su #comportamiento puede cambiar rápidamente, dejando a los #educadores confundidos, preocupados o incluso abrumados. Un día un niño está tranquilo, cooperativo y regulado… y al siguiente está teniendo un berrinche, negándose a escuchar o reaccionando a pequeñas frustraciones con emociones intensas.
Los cambios repentinos en el comportamiento pueden resultar alarmantes, pero casi siempre tienen una razón, aunque esa razón no sea evidente al principio. Cuando hacemos una pausa para mirar debajo de la superficie, a menudo descubrimos que lo que parece ser “mal comportamiento” en realidad es un mensaje, una necesidad o una respuesta a algo que el niño aún no puede explicar.
Este artículo te ayudará a entender por qué los niños a veces se comportan de manera diferente “de repente”, qué señales debes observar y cómo los educadores pueden responder con paciencia, #empatía y estrategias efectivas.
“Portarse mal” es un término que los adultos suelen usar cuando un niño:
Tiene estallidos emocionales repentinos
Muestra desafío o negativa
Presenta conductas agresivas o disruptivas
Se retira o se vuelve inusualmente callado
Tiene dificultades con rutinas que normalmente maneja bien
Pero es importante recordar:
‼️ El comportamiento es una forma de comunicación.
Cuando un niño actúa de esta manera, no está tratando de ser “malo”. Está intentando #expresar algo para lo cual aún no tiene las habilidades o el #lenguaje necesario.
Como educadores, cambiar nuestra perspectiva de “Este niño se está portando mal” a “Este niño está tratando de decirme algo” nos permite comprender mejor la causa raíz.
Hay muchas posibles explicaciones detrás de los cambios repentinos en el comportamiento. Algunas son pequeñas y temporales, mientras que otras pueden señalar necesidades más profundas.
A continuación, se presentan las causas más comunes:
Los niños son muy sensibles a los cambios, incluso a aquellos que los adultos consideran menores.
Posibles desencadenantes:
Un nuevo hermano
Mudanza de #hogar
Separación familiar
Un #padre viajando por trabajo
Un cambio en la rutina o el horario
Un nuevo #maestro o #ambiente-de-aula
Incluso los cambios positivos (nuevo bebé, nueva casa, nueva mascota) pueden causar #estrés temporal.
Las necesidades físicas influyen fuertemente en el comportamiento.
Un niño puede portarse mal cuando experimenta:
Falta de sueño
Hambre
Crecimiento acelerado
Infecciones de oído
Alergias
Sobrecarga sensorial
Malestar general que no puede describir
Estos factores a menudo #conducen a irritabilidad, dificultad para concentrarse o estallidos emocionales.
Los niños experimentan estrés igual que los adultos, pero aún no tienen las habilidades necesarias para manejarlo.
Señales de abrumamiento:
Inquietud
Irritabilidad incrementada
Reacciones emocionales desproporcionadas
Dificultad para seguir instrucciones
Un niño que “de repente” se porta mal puede haber estado acumulando estrés silenciosamente durante días.
A medida que los niños crecen, pasan por períodos de rápido #desarrollo cerebral. Estos períodos—conocidos como “#saltos-del-desarrollo”—pueden causar aumentos temporales en comportamientos desafiantes.
Ejemplos comunes:
Mayor independencia
Emociones más intensas
Nuevas habilidades para resolver problemas
Cambios en el lenguaje o habilidades motoras
El crecimiento puede ser confuso o frustrante, lo que a veces se refleja en el comportamiento.
Los niños pueden actuar cuando:
Se sienten excluidos
Tienen dificultades para hacer amigos
Experimentan conflictos con compañeros
Se sienten incomprendidos
Intentan adaptarse a nuevas expectativas sociales
Los cambios repentinos pueden indicar estrés social.
Cuando un niño no puede verbalizar:
“Tengo miedo.”
“Estoy cansado.”
“Necesito ayuda.”
“No entiendo.”
su cuerpo lo #expresa por él—generalmente a través del comportamiento.
Que un niño actúe repentinamente no significa que necesite castigo. Necesita conexión, comprensión y apoyo.
Aquí tienes pasos simples y efectivos:
En lugar de reaccionar con frustración, pregúntate:
“¿Qué cambió?”
“¿Qué podría estar tratando de decirme este niño?”
La curiosidad #conduce a la claridad.
Busca:
Hora del día
Momentos de transición
Actividades específicas
Desencadenantes sociales
Factores ambientales (ruido, aglomeración, sobreestimulación)
La observación convierte suposiciones en entendimiento.
Prueba frases como:
“Parece que estás teniendo un momento difícil.”
“Estoy aquí para ayudarte.”
“Vamos a resolver esto juntos.”
La conexión calma el cerebro.
Los niños se sienten más #seguros cuando saben qué esperar. Usa:
Horarios visuales
Rutinas claras
Explicaciones simples de las transiciones
La predictibilidad reduce la ansiedad y mejora el comportamiento.
Las opciones ayudan a los niños a sentir control.
Ejemplos:
“¿Quieres hacer la fila ahora o ser mi ayudante?”
“¿Quieres el crayón azul o el rojo?”
La autonomía reduce la resistencia.
Comparte observaciones, haz preguntas y colabora.
Enfoque recomendado:
“Noté algunos comportamientos nuevos y quiero apoyar a tu hijo. ¿Han visto algo en casa que pueda ayudarnos a entender mejor lo que necesita?”
Esto construye confianza y coherencia.
Aprende a interpretar comportamientos y responder de manera efectiva.
Enlace: https://www.childcareed.com/courses-the-abcs-of-behavior-turning-challenges-into-learning-opportunities-4071.html
Una herramienta práctica para comprender desencadenantes y consecuencias.
Enlace: https://childcareed.com/r-00229-the-abc-model-for-identify-behavioral-patterns-in-young-children.html
Explora un cambio de perspectiva poderoso en la interpretación del comportamiento.
Enlace:
https://www.childcareed.com/a/what-if-every-challenging-behavior-was-actually-a-learning-opportunity.html
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